Clínica del dolor Querétaro

Los cuidados paliativos son la suma de tratamientos enfocados en una persona enferma y su familia; se brindan al paciente con una enfermedad activa, progresiva y avanzada, que tiene pocas o ninguna posibilidad de curación. Su objetivo principal es optimizar su calidad de vida y función procurando alivio del dolor, angustia y estrés.

Sin considerar las condiciones de dolor agudo (inmediatas a la lesión y menor a 3 meses de duración), los sitios más comunes de dolor crónico (mayor a 3 meses de duración) reportados son la espalda y las articulaciones, seguidos de cerca por el dolor de cuello y dolor de cabeza.
Entre las causas de dolor, encontramos:

Acudir a la clínica del dolor es el primer paso para ser orientado en cuanto al manejo de su dolor. Permite que el equipo de profesionales que trabajan para usted conozca sus antecedentes, cómo le ha afectado su dolor es su vida cotidiana, descartar patologías más graves cómo causa e iniciar un plan de acción para disminuir y controlar el dolor y así optimizar su calidad de vida.

La algología es la ciencia que estudia al dolor, también se denomina algiología. En México, la formación de médicos especialistas en la materia data de 1979, mediante la enseñanza tutelar del Dr. Vicente García Olivera en el Hospital General de México a médicos anestesiólogos que se interesaban en aprender acerca del tema.

La sedación paliativa es un procedimiento médico de último recurso utilizado en pacientes con enfermedad terminal con síntomas refractarios (que no responde o dejó de responder a tratamientos) y muerte inminente que resulta en sufrimiento intolerable. Sin intención de causar, ni acelerar la muerte (como es el caso de la eutanasia), sino apoyar en el tratamiento de aquellos síntomas que causan sufrimiento al final de la vida. Nos apoyamos de medicamentos que logran inducir un estado de baja o nula consciencia con el fin de aliviar la carga del sufrimiento que de otra manera sería intratable.

A medida que crece la práctica de la medicina del dolor, ha sido posible conocer mejor las lesiones que experimentan los pacientes y con ello su tratamiento más adecuado. Entre las técnicas de mínima invasión contamos con los bloqueos nerviosos y las infiltraciones.

Los bloqueos nerviosos son procedimientos basados en la interrupción de la nocicepción (de las neuronas especializadas en detectar estímulos mecánicos, físicos o químicos que pueden dañar a nuestro organismo y que activan la experimentación del dolor) de manera temporal y reversible mediante la inyección de anestésicos, analgésicos y/o desinflamatorios. Estos medicamentos se dirigen hacia un nervio o grupo de nervios específicos con la intención de “apagarlo” y evitar así la experiencia desagradable del dolor.

Existen también diversas técnicas de inyecciones con el depósito de medicamentos (infiltraciones) dentro de músculos, articulaciones o tendones en puntos generadores de dolor e incluso técnicas de neuroablación (destrucción o eliminación de una parte del tejido nervioso) con el fin de modificar la forma en la que se vive el dolor.

Ambos procedimientos exigen control fluoroscópico y/o ultrasonográfico (ambas son técnicas de imagen usadas en medicina para obtener imágenes en tiempo real de las estructuras internas de los pacientes) que ofrece mayor seguridad para la realización del procedimiento y de usted como paciente.